Por la rama de Domingo, destaca José María de la Jara González Barriga ,quien emigró a Arequipa Perú, donde fue Administrador del Real Estanco, formando la Familia de la Jara Alvizuri, de larga y distinguida participación en la historia del Perú.
También por la rama de Domingo, como ya mencionamos anteriormente, Josefa de la Jara y Opazo forma la Familia Castelblanco con Ignacio. De esta unión nacen los castelblanco de la Jara.
Por la rama de José de la Jara y González de Rivera, tenemos a José Irineo de la Jara Rioseco, quien aporta 10 hijos a la Familia de la Jara en su primer matrimonio con Prudencia Alvarez.
En segundo matrimonio con Juana Gallardo, aporta 8 hijos más.
Su hija María del Carmen, fue casada con Manuel Barragán.
Elioncio, avecindado en Negrete, cerca de su hermano José Miguel, dueño de tierras en dicha zona, con sucesión de la Jara Infante, de la Jara Villagra etc.
José Miguel de la Jara y Gallardo, nacido en Rere, hacia 1830. En su juventud se dedicó a las labores agrícolas, en los campos que heredó de sus antepasados en Rere, colonizador de la zona de Negrete y Bureo (Mulchén), junto a otros jóvenes provenientes de las antiguas familias ‘‘estancieras’’ de su pueblo natal, denominados en documentos de la época como ‘‘rerinos’’. Fundó las Haciendas San Miguel y Santa Catalina en Mulchén, (con más de 30 mil hectáreas), adquiridas por derechos coloniales (principalmente de la familia de su madre), compras al Estado y a particulares, alrededor de 1860, propietario de una quinta y casas en Los Ángeles y de otras propiedades en Santiago y Mulchén y de una Mina de Oro en California ( según consta en documento judicial anexado en ''documentos con historia). Fue propietario también de una parte de la Estancia de San José en Rere, en las tierras ancestrales, sin embargo, nunca usufructuó de éstas ya que cedió su derechos primero a su madre y a su hermana Petrona y después a sus hijos quienes finalmente se deshicieron de dichas tierras a principios del Siglo XX.
Junto a otros conciudadanos de Concepción, Los Ángeles y Rere, se autoexilió en San Francisco California (Estados Unidos), entre los años 1852 y 1853, debido al apoyo decidido que prestó a la causa del general Cruz en contra de la elección de Manuel Montt Durante la Revolución de 1851 (probablemente en las Guardias Cívicas de Concepción en la Batalla de Loncomilla donde murieron más de 3.500 soldados de ambos bandos), volvió al país tras la amnistía promulgada por el gobierno en 1852.
Regidor de Los Angeles a fines de la década del 1860, elegido Diputado suplente por Laja, Mulchén y Nacimiento en el período entre 1885 y 1887 por el partido Liberal Balmacedista, siendo por tanto el primer de la Jara elegido para la Cámara baja de Chile, fue además Regidor propietario y Alcalde de segundo voto de Mulchén el año 1879, además de Elector de Presidente de la República, al igual que su padre. Amigo personal del General Manuel Baquedano G. (Prócer de la Guerra del Pacífico), quien fuera padrino de su hijo José Miguel. Financió y envió a parte de los inquilinos de sus haciendas a ''combatir por Chile'' en la Guerra del Pacífico, según consta en el libro ''Chile and the War of the Pacific'' de William F. Sater. Por su destacado servicio público y reconocimiento como ‘’colonizador’’ de Bureo, las ciudades de Los Ángeles y Mulchén nombraron calles a su nombre. Casó con doña Juana Pantoja y del Río. Hija de Manuel Pantoja y Mendoza, hacendado en Los Ángeles (descendiente de una antigua familia militar extremeña, realista durante la independencia), y de Juana del Río y Mier.
En la foto el fuerte y el convento de Mulchén, fundado hacia 1860, don José Miguel fue uno de los vecinos fundadores de dicho pueblo, formando parte del primer Municipio ostentando los cargos de Regidor propietario y Alcalde de segundo voto.

Antes de casarse tuvo con doña Eloísa Ruiz (natural de Nacimiento) a doña Carmen de la Jara y Ruiz cs. Carte de la Jara, Hartwig Carte, Hartwig Iturriaga, de la Jara Hartwig.
Se enfermó gravemente y murió en el año 1887.
Por Vicente José de la Jara, tenemos noticias de su hijo Joaquín de la Jara, que en el período 1852-1853, aparece como dueño de una Mina de carbón en Coronel, con 20 trabajadores, que producían aquel entonces de 15 a 20 toneladas de carbón.